Título inglés: The Silence of Dr. Evans /
Dr. Iven's Silence
Nacionalidad: URSS
Productora: Mosfilm
Director: Budimir Metalnikov
Guion: Budimir Metalnikov
Música: Eduard Artemev
Dirección de fotografía: Vladimir Bondarev y Yuri Sokol
Intérpretes: Sergey
Bondarchuk (Dr. Evans), Zhanna Bolotova (Aranta), Olgert Kroders (Grass), Irina
Skobtseva (Mrs. Evans)
Duración: 90 m.
Duración: 90 m.
A raíz de un accidente de aviación, algunos pasajeros de un vuelo hacia Nueva York quedan atrapados en una dimensión fantasma, descubriendo que han sido retenidos por unos extraterrestres que desean entrar en contacto con uno de ellos: el doctor Ivens, eminente científico soviético, al que consideran el humano mejor capacitado para que ambas civilizaciones entren en contacto.
Este argumento, que podría corresponder a cualquier episodio de la imprescindible serie de televisión La dimensión desconocida (The Twilight Zone, Rod Serling [cr.], 1959-1964), resulta ser una excusa para realizar observaciones elevadas sobre la condición humana observada desde un punto de vista imparcial. Es decir, destacando aquellos aspectos contradictorios y difíciles de explicar sobre nuestra especie, ya que los extraterrestres, que en principio viajan por el universo escapando de la soledad (lo que emparenta su argumento con Solaris de Stanislaw Lem), se sorprenden de que en nuestro planeta, por ejemplo, los ricos permitan que los pobres se mueran de hambre, o no llegan a comprender que la humanidad en su conjunto no se rija con unas mismas leyes, estableciéndose fronteras entre seres similares, lo que lleva a disputas en forma de guerra.
De este contacto con seres mucho más avanzados y desarrollados social e intelectualmente, el doctor Ivens tomará una conciencia tal que le llevará a abandonar sus investigaciones en torno a la longevidad, pues para él toda ciencia debe ser ética, y los avances científicos corren el riesgo de convertirse con facilidad en armas para optimizar la destrucción entre los seres humanos. Por ejemplo, el que él propone: ¿para qué alargar la via, si tratamos por todos los medios de acortarla a través de armas y guerras? Una pesadumbre comienza a apoderarse de él, sobre todo porque el tiempo que pasa con Aranta, una extraterrestre empeñada en dar un voto de confianza al científico en contra del criterio de su padre, convierte su relación en una especie de romance que debe proteger a toda costa, ocultándoselo a su esposa y a las autoridades soviéticas (de ahí ese «silencio» del protagonista en el título en inglés), dispuestas a obtener informaciones tecnológicas que les den ventaja en su lucha contra el capitalismo occidental.
He aquí un aspecto que encontramos en esta película y que lo hace sumamente valioso en el conjunto de la filmografía soviética: su disidencia. Efectivamente, el hecho de que el poder del Estado esté representado por sus cuerpos de espionaje, actuando estos de una manera expeditiva (realizando registros y secuestros impunemente, disparando a seres humanos desarmados, etc.), y de que la relación sentimental de humano y extraterrestre suponga un camino de paz, amor y reconciliación, ofreciendo un "peligroso" sendero para aquellos belicistas que no pretenden acabar con la Guerra Fría, sino ganarla, hacen de este filme un caso valiente para su época, estableciéndose con temeridad en los márgenes del discurso oficial. Aunque solo sea por este aspecto, su valor es considerable.
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